DIA 56-Levítico 6--7 Salmo 58 Hechos 1




Levítico 6
Leyes referentes a los sacrificios

1 Yavé habló a Moisés para decirle: 2 «Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará.
3 A la mañana después de ponerse su túnica de lino y sus calzones de lino, el sacerdote recogerá las cenizas que el fuego dejó al quemar la víctima, y las pondrá junto al altar. 4 Luego cambiará sus vestiduras por otras antes de llevar las cenizas fuera del campamento, y las echará en un lugar puro.
5 El fuego del altar habrá de ser alimentado de manera que nunca se apague; el sacerdote echará leña cada día por la mañana, y pondrá encima las víctimas de holocausto así como la grasa de las víctimas de comunión. 6 El fuego arderá perpetuamente en el altar: no debe apagarse.
7 Este es la ley de las ofrendas. Los hijos de Aarón las ofrecerán en presencia de Yavé frente al altar. 8 El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que haya puesto encima, y lo quemará en el altar para Yavé en nombre del que la ofreció. 9 Lo que quede será para Aarón y sus hijos: lo comerán sin ponerle levadura en un lugar santo dentro de la Morada. 10 No le pondrán levadura, pues ésta es la parte que les doy en mis sacrificios por el fuego, y será cosa muy sagrada, lo mismo que la víctima por el pecado o por algún delito. 11 Todo varón de la descendencia de Aarón podrá comerla. Esta será para sus descendientes una ley perpetua: todo lo que toque esas cosas sacrificadas por el fuego para Yavé pasará a ser santo también.»
12 Yavé habló a Moisés para decirle: 13 «Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos ofrecerán a Yavé en el día de su consagración: una décima de flor de harina -lo mismo como para la ofrenda perpetua- la mitad por la mañana y la otra por la tarde. 14 La freirán en aceite, en una sartén, y la ofrecerás caliente; presentarás los pedacitos fritos como ofrenda de calmante olor para Yavé. 15 Uno de los hijos del sacerdote que ha sido ungido podrá ofrecerla en su lugar. Esta ofrenda será quemada entera en el altar: esto será un rito perpetuo. 16 Toda ofrenda que presente uno de los sacerdotes será consumida totalmente; no se comerá nada de ella.»
17 Yavé habló a Moisés para decirle: 18 «Dile a Aarón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima ofrecida por el pecado. Será sacrificada ante Yavé en el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del holocausto. Es una cosa muy sagrada. 19 El sacerdote que la ofrece la comerá en un lugar santo, a la entrada de la Tienda de las Citas. 20 Cualquier cosa que toque las carnes sacrificadas será santificada; si cae una gota de su sangre sobre algún vestido, se lavará en lugar santo; 21 la vasija de barro en que fue cocida, será quebrada; la de cobre, en cambio, se fregará y lavará con agua. 22 Todo varón de entre los sacerdotes podrá comer la carne de esta víctima, la cual es cosa muy sagrada. 23 En cambio, siempre que la sangre de la víctima por el pecado haya sido introducida en la Tienda de las Citas para hacer la expiación, no se comerá, sino que se echará al fuego.





Levítico 7
El sacrificio de reparación


1 Esta es la ley de la víctima ofrecida por un el delito: esta víctima es cosa muy santa. 2 La víctima por el delito se sacrificará en el mismo lugar donde se sacrifica la víctima del holocausto y su sangre será derramada en el altar y en su derredor. 3 Ofrecerán la cola y la grasa que cubre las entrañas, 4 los dos riñones junto con el sebo adherido a ellos y a los lomos, y la telilla del hígado que se separará de los riñones. 5 El sacerdote quemará todo esto sobre el altar como sacrificio por el fuego para Yavé. Este es el sacrificio por el delito. 6 Todo varón de entre los sacerdotes podrá comerlo; se comerá en lugar sagrado, pues es cosa muy santa.
7 El ritual será el mismo para la víctima por el pecado y para la víctima por el delito. La víctima pertenece al sacerdote que hace la expiación. 8 El sacerdote que ofrece un holocausto se queda con la piel de la víctima. 9 Toda ofrenda de flor de harina que fue cocida en horno o tostada en sartén será del sacerdote que la presentó; 10 en cambio, toda ofrenda amasada en aceite o seca, se dará a todos los hijos de Aarón, en proporciones iguales.
El sacrificio de comunión
11 Esta es la ley del sacrificio de comunión que se ofrece a Yavé. 12 Si se ofrece en acción de gracias, lo acompañan panes sin levadura amasados con aceite, tortas sin levadura untadas con aceite, y flor de harina amasada y embebida en aceite.
13 Esta ofrenda se añadirá a los buñuelos de masa fermentada y a lo que se ofrece como sacrificio de comunión para dar gracias. 14 De cada una de esas ofrendas se apartará la porción de Yavé, y será del sacerdote que derrama la sangre de las víctimas de comunión. 15 La carne de la víctima de comunión se comerá el mismo día: no quedará nada hasta la mañana.
16 La víctima ofrecida en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el mismo día, pero lo que sobre podrá comerse al otro día. 17 Si al tercer día queda algo de la carne de la víctima, se quemará. 18 El que al tercer día comiere carne del sacrificio de comunión, su sacrificio no sería recibido por Dios, y no sería de ningún provecho para el que lo ofreció; sería una cosa fea y el que la comiere cargaría con un pecado.
19 No se comerá la carne que ha tocado alguna cosa impura, sino que la quemarán. En cuanto a la carne del sacrificio de comunión, cualquier persona que esté pura la podrá comer. 20 El que, estando impuro, coma de la carne del sacrificio de comunión presentado a Yavé, será borrado de entre los suyos. 21 El que haya tocado cualquier cosa impura, sea de hombre o de animal, o cualquier otra abominación impura, y a pesar de eso coma de la carne del sacrificio de comunión ofrecida a Yavé, será borrado de entre los suyos.»
22 Yavé habló a Moisés para decirle: 23 «Habla a los hijos de Israel y diles: No comerán sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. 24 La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero no la comerán. 25 El que coma grasa de algún animal que suele ofrecerse en sacrificio por el fuego para Yavé, será borrado de entre los suyos.
26 Cualquiera fuere el lugar donde vivan, no comerán sangre, bien sea de animal, o de ave. 27 Cualquier persona que coma sangre será borrada de entre los suyos.»
28 Yavé dijo a Moisés: 29 «Habla a los hijos de Israel y diles: El que presente a Yavé un sacrificio de comunión le regalará una porción del sacrificio. 30 Con sus propias manos llevará lo sacrificado por el fuego para Yavé, o sea, la grasa junto con el pecho, y el pecho será mecido ante Yavé. 31 El sacerdote quemará la grasa sobre el altar; el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 Ustedes darán también al sacerdote el pernil derecho de la víctima de comunión. 33 El pernil derecho será de aquel hijo de Aarón que haya ofrecido la sangre y la grasa del sacrificio de comunión.
34 Yo retengo a los hijos de Israel, de sus sacrificios de comunión, el pecho que fue mecido y el pernil que fue puesto aparte, y yo los doy al sacerdote Aarón y a sus hijos. Este será para siempre derecho suyo entre los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y de sus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, desde el día en que sean consagrados como sacerdotes de Yavé. 36 Esto es lo que mandó Yavé que les dieran los hijos de Israel, el día en que fueron consagrados: es un decreto perpetuo de generación en generación.
37 Este es el ritual del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado y por el delito, y del sacrificio de comunión. 38 Esto es lo que Yavé ordenó a Moisés en el monte, el día en que mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yavé en el desierto de Sinaí.»


Salmo 58
Dios juzga a los gobernantes
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—Dios reprende a los jefes que, en vez de ser instrumentos de su justicia, establecen y mantienen un orden corrompido.
2 Dioses, ¿será verdad que hacen justicia y gobiernan como es justo a los hijos de los hombres?
3 Pero no, de adrede cometen injusticia y sus manos imponen al país la violencia.
4 Desde el seno materno andan descarriados los impíos; desde el vientre de su madre se desvían los que dicen la mentira.
5 Su veneno es veneno de serpiente, son sordos como el áspid que se tapa el oído 6 para no oír la voz del encantador, del que doma a las serpientes.
7 Oh Dios, rompe los dientes de su boca; quiebra, Señor, sus colmillos de leones.
8 Que se escurran como agua de un vaso roto, que se sequen como hierba pisoteada.
9 Que sean cual babosa que se va deshaciendo, o como el aborto que no ha visto el sol, 10 como zarza quemada antes de que claven sus espinas: ¡que los arrebate un torbellino!
11 ¡Qué alegría la del justo al ver la venganza! Lavará sus pies en la sangre del impío.
12 Y dirán: «¡Sí, se gana con ser justo; sí, hay un Dios para juzgar al mundo!»


Hechos 1
Lucas presenta su libro

1 En mi primer libro, querido Teófilo, hablé de todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar. 2 Al final del libro, Jesús daba instrucciones mediante el Espíritu a los apóstoles que había elegido y era llevado al cielo.
La Ascensión de Jesús
3 De hecho, se presentó a ellos después de su pasión y les dio numerosas pruebas de que vivía. Durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios. 4 En una ocasión en que estaba reunido con ellos les dijo que no se alejaran de Jerusalén y que esperaran lo que el Padre había prometido. «Ya les hablé al respecto, les dijo: 5 Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.»
6 Los que estaban presentes le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino de Israel?» 7 Les respondió: «No les corresponde a ustedes conocer los tiempos y las etapas que solamente el Padre tenía autoridad para decidir. 8 Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra.»
9 Dicho esto, Jesús fue arrebatado ante sus ojos y una nube lo ocultó de su vista. 10 Ellos seguían mirando fijamente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron a su lado a dos hombres vestidos de blanco, 11 que les dijeron: «Amigos galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado volverá de la misma manera que ustedes lo han visto ir al cielo.»
Los discípulos esperan al Espíritu Santo
12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de la ciudad como media hora de camino. 13 Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. 14 Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Elección de Matías
15 Uno de aquellos días, Pedro tomó la palabra en medio de los discípulos —había allí como ciento veinte personas—, y les dijo:
16 «Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura, pues el Espíritu Santo había anunciado por boca de David lo que hizo Judas; este hombre, que guió a los que prendieron a Jesús, 17 era uno de nuestro grupo y había sido llamado a compartir nuestro ministerio común.
18 —Sabemos que con el salario de su maldad se compró un campo, se tiró de cabeza, su cuerpo se reventó y se desparramaron sus entrañas. 19 Este hecho fue conocido por todos los habitantes de Jerusalén, que llamaron a aquel campo, en su lengua, Hakeldamá, que significa: Campo de Sangre—.
20 Esto estaba escrito en el libro de los Salmos: Que su morada quede desierta y que nadie habite en ella. Y también está escrito: Que otro ocupe su cargo. 21 Tenemos, pues, que escoger a un hombre de entre los que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús actuó en medio de nosotros, 22 desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue llevado de nuestro lado. Uno de ellos deberá ser, junto con nosotros, testigo de su resurrección.»
23 Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. 24 Entonces oraron así: «Tú, Señor, conoces el corazón de todos. Múestranos a cuál de los dos has elegido 25 para ocupar este cargo y recibir este ministerio y apostolado del que Judas se retiró para ir al lugar que le correspondía.»
26 Echaron a suertes entre ellos y le tocó a Matías, que fue agregado a los once apóstoles.