Había un hombre llamado Naamán que era jefe del ejército del rey de Siria. Naamán estaba enfermo, tenía una enfermedad llamada lepra. La lepra es una enfermedad de la piel, y todo su cuerpo estaba cubierto de llagas, heridas profundas. Su enfermedad era muy contagiosa.
En la casa del militar trabajaba una chica israelita que escuchó a Naamán y a su esposa hablar de su problema; su amo tenía una enfermedad incurable. La joven recordó que en su pueblo había un profeta de Dios que podía hacer algo por su jefe.
La joven se acercó a su señora y sabiendo la preocupación tan grande que tenía por su marido le dijo:
- Si mi amo fuera a ver al profeta que vive en Samaria quedaría curado de su lepra.
La mujer de Naamán enseguida corrió a contárselo a su marido. ¡Esa parecía la única esperanza para Naamán!, lo habían intentado todo, pero su lepra no desaparecía.
Naamán fue a contarle a su rey lo que aquella joven le había sugerido a su mujer, así que el rey de Siria le permitió salir de Siria.
- Yo escribiré una carta al rey de Israel anunciándole tu llegada.
Naamán tomó oro, plata y ropa para llevar como regalo al rey de Israel.
pero cuando el rey de Israel recibió la carta y la leyó se asustó
- Te envío a uno de mis oficiales para que lo sanes de su lepra - decía la carta
¡Pero que le está pasando a este rey!, ¿soy acaso yo Dios para sanar a su oficial? Esta es una provocación, pensó el rey.
Y así fue, Naamán se acercó con su carro y sus caballos a casa de Eliseo pero a la puerta de la casa se encontró un mensajero de Eliseo que le dijo: "Ve a lavarte siete veces en el río Jordán y sanarás de tu lepra".
Pero Naamán se enfadó mucho, qué se creía Eliseo, el profeta ni se digna a recibirlo y después le dice que se bañe en el río Jordán, ¡Hay mejores ríos en Siria, cualquier río de mi pais es mejor que todos los ríos de Israel, yo no he venido hasta aquí para esto! dijo Naamán, y se fue muy enojado.
Pero sus criados lo convencieron. Señor, si el profeta te hubiera mandado hacer algo difícil, ¿No lo harías? Esto es algo fácil de hacer, no hay nada que perder.
Y así lo hizo. Naamán se sumergió en el río Jordán como le había dicho el profeta, siete veces. Y cuando salio del agua su piel estaba limpia como la de un bebé.
Todos los acompañantes se quedaron sorprendidos al ver el milagro. Naamán fue a ver a Eliseo; estaba tan feliz y agradecido que quiso darle regalos, pero el profeta los rechazó. A Eliseo le bastaba que Naamán había reconocido al Dios de Israel como único Dios.
Pero cuando Eliseo se enteró que el rey había recibido al militar sirio y que su rey estaba triste mandó que el sirio fuera a verle.
Pero Giezi, el ambicioso criado de Eliseo quien había estado escuchando la conversación decidió seguir a Naamán en su viaje de vuelta a Siria. Y cuando nadie le veía paró el carruaje de Naamán y mintiendo le pidió a Naamán 3000 monedas de plata y dos vestiduras en nombre de su amo Eliseo. Naamán entregó a Giezi 6000 monedas y dos vestiduras. Giezi las escondió en su casa y fue a ver a Eliseo.
Eliseo al verlo llegar le preguntó de dónde venía pero Giezi mintiendo le contestó que de ningún lugar.
El profeta sabía todo lo que Giezi había hecho, y por causa de sus mentiras la lepra de la que Naamán había sido curado se la pasó a Giezi.
¿QUÉ APRENDEMOS DE LA HISTORIA DE NAAMÁN?
1. Dios es creativo. Dios actúa de manera que nosotros no nos podemos imaginar. A veces creemos que tenemos que hacer cosas muy difíciles para que Dios nos oiga pero Dios es sencillo. Fue sencillo para Naamán bañarse 7 veces en el río.
2. Ayudantes en la fe. Dios pone a nuestro alrededor a personas que nos ayudan en la fe, maestros, amigos, padres... como los acompañantes de Naamán que lo convencieron para que se bañara en el Jordán.
3. Obediencia. La obediencia a Dios tiene beneficios. Aunque Naamán dudó en un principio, él obedeció a Dios y fue sanado. Creyó y obedeció
4. Recibimos de gracia, damos de gracia. Dios nos ama y él no quiere que paguemos a cambio de sus favores así como Eliseo no recibió los regalos de Naamán, la sanidad es gratuita.
5. Decir la verdad. Las mentiras, aunque por un tiempo estén escondidas acaban por ser descubiertas, siempre es mejor decir la verdad.
6. Hablar a otros del Evangelio. La joven que vivía en casa de Naamán compartió con sus jefes de su fe, por eso Naamán fue curado.
ACTIVIDADES
Responde estas preguntas
1. ¿Quién era Naamán?
2. ¿Qué enfermedad tenía?
3. ¿Quién le indicó de un profeta en Israel que lo podía sanar?
4. ¿Por qué se enfadó el rey de Israel?
5. ¿Qué instrucciones le dió Eliseo a Naamán?
6. ¿Por qué Naamán no quería obedecer las instrucciones?
7. ¿Qué ocurrió cuando obedeció?
8. ¿Por qué rechazó Eliseo los regalos de Naamán?
9. ¿Qué mentira contó Giezi a Naamán?
10. ¿Qué le sucedió a Giezi al ser descubierto en su mentira?